Las ocupaciones, la nueva versión del chabolismo y las favelas en España

Desde el Observatori DESC publicamos un nuevo informe que pone en contexto el fenómeno de la ocupación, que no es nuevo ni es exclusivo del Estado español

El texto también desmonta el falso discurso que se ha dado desde ciertos sectores sociales y partidos políticos

El Observatori DESC publica un nuevo informe que demuestra que las ocupaciones de vivienda vacía son un tipo de vivienda precaria o informal comparable al chabolismo tradicionalmente asociado a los años sesenta o incluso a las actuales favelas en Brasil. El informe, titulado “Ocupaciones: un tipo histórico de vivienda insegura, precaria e informal” asegura que los tres fenómenos deben concebirse como una consecuencia de la crisis local y global de falta de vivienda digna y adecuada, causada a nivel planetario por la financiarización de la vivienda.

La principal novedad de esta investigación es la aproximación a la realidad de las ocupaciones de vivienda desde este prisma, desmontando el discurso sesgado que oímos a diario de la mano de algunos partidos políticos y medios de comunicación, señalando las verdaderas causas del acceso sin título a viviendas vacías e identificando soluciones a través de su reconocimiento dentro de las políticas urbanas y de vivienda.

Qué sabemos (y percibimos) sobre la ocupación

El informe da algunas cifras sobre lo que la ciudadanía percibe sobre la ocupación: en 2020 se hicieron hasta 11.000.000 búsquedas en Google del término ‘okupas’, una cifra muy similar a la palabra estrella de la crisis de 2008: desahucio. En aquel entonces, la preocupación por los lanzamientos generaba cerca de 10.000.000 búsquedas desde 2013. El interés actual por el término “okupas” es producto del enfoque negativo que se asocia a las ocupaciones en los medios, siempre presentadas en un enfoque de conflicto, acompañado de explicaciones reduccionistas y utilización de casos concretos y minoritarios. El objetivo de esto es proyectar un carácter general del problema que ni tan siquiera parece sustentarse en los pocos datos oficiales de que disponemos sobre el alcance del fenómeno.

Porque, efectivamente, el informe constata que a día de hoy existe muy poca información contrastada sobre la ocupación, sus causas y sus consecuencias. Para empezar, ni tan siquiera sabemos cuántas personas se encuentran en esta situación: aunque dos estudios sitúan las viviendas ocupadas en un 0,5 % del total, en España no existe ningún censo que avale o desmienta la cifra. Eso, a su vez, es un escollo para las políticas de vivienda y un incumplimiento de las directrices de la ONU, cuyo Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos destaca la necesidad de «proporcionar información detallada sobre aquellos grupos de [la] sociedad que se encuentran en una situación vulnerable y desventajosa en materia de vivienda». Si, tal y como prometen algunos candidatos, se emprendieran “medidas para atajar la ocupación”, España estaría contraviniendo estas directrices, actuando precipitadamente sin tener una radiografía exhaustiva de la situación. 

¿Quién ocupa en España?

En 2012, Save the Children estimaba que en España el 82 % de los hogares desahuciados había niños. Las mujeres están presentes en las ocupaciones entre el 56 % (Obra Social, 2018) y el 74 % (ODESC, 2020), el 38 % de las cuales son hogares monomarentales. Esto se debe a que muchas madres ocupan porque los niños/as necesitan un entorno en el que poder estar y sentirse en casa, no una habitación o albergue. Y ocupan sólo viviendas vacías en manos de empresas que especulan con la vivienda —según el Ayuntamiento de Barcelona en 2021 el 74 % de las viviendas ocupadas era de grandes propietarios. Un 60 % de entidades financieras y un 30 % de fondos de inversión. 

En su capítulo final, el estudio hace una serie de recomendaciones para abordar la ocupación de forma justa y efectiva y, sobretodo, respetando los derechos humanos: por un lado, realizar un mejor diagnóstico de las ocupaciones así como de otros tipos de vivienda precaria o insegura; asumir que la vivienda informal es un fracaso de las políticas públicas en materia de vivienda y caminar hacia unas políticas públicas orientadas a las personas en situación de exclusión residencial que se han visto obligadas a ocupar, todo ello relacionando el fenómeno de la ocupación con el derecho a la vivienda y a la ciudad. 

"Ahora se habla mucho del ocupa... pero es que mi madre en aquella época ya hizo de ocupa. [...] Le dio una patá en la puerta, que era de madera, y nos metimos ahí". (Maravillas González, habitante de les barracas del Turó de la Rovira, Barcelona)

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